Cuando nos enfadamos es importante preguntarnos: ¿Dónde está la fuente de nuestra ira, en nosotros mismos o
en otra persona o situación?
La ira surge por lo general de nuestras creencias
irracionales, expectativas, y conversaciones mentales. Los
demás pueden provocarla con tan solo activar o
estimular nuestras creencias irracionales.
Se puede reducir la ira eliminado esas creencias irracionales y conversaciones
mentales. Nadie podrá controlar su rabia mientras crea que
son los otros los que la causan. Es importante ser consciente y tomar responsabilidad tanto
por crear como por reducir su propia irritación.
Una persona que se enfada fácilmente no ve la causa
de su ira dentro de sí misma, por lo general la atribuye a la conducta de los demás.
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