Las rupturas en las relación de parejas suelen ser motivo de disgusto y pesadumbre para ambos miembros de la pareja, no obstante en bastantes casos suele ser la opción más cabal. Existen diferentes tipos de conflictos que pueden dar lugar en las relaciones de pareja pero más allá de sus correspondientes causas, lo cierto es que implican una pérdida y por lo tanto, lleva un proceso de duelo que se tiene que elaborar.
Llegados a esto podemos decir que estamos ante un punto de inflexión en nuestra vida que debería suponer un aprendizaje en nuetro recorrido. Lo más importante sería aprovechar esa experiencia para no reproducir la misma con una nueva pareja.
Estas rupturas suponen además una frustración: Quienes forman la pareja pretenden en un principio asentar todas sus ilusiones en un proyecto de vida, sin embargo éste se ve truncado debido a que sus expectativas no han sido cumplidas.
Siempre que haya habido un proceso afectivo, que se haya extendido en el tiempo y que haya sido significativo para la persona se producirá una herida en la persona que puede dilatarse en el tiempo.
Para superar una ruptura lo mejor es tener un espacio terapéutico con un especialista, con el cual poder hablar y procesar lo sucedido en relación a la vida pasada, presente y futura de la persona que la ha padecido.
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