Las cosas no son tan fáciles como a veces nos la quieren pintar.
El deprimido no se deprime porque quiere. Si alguien no puede olvidar a un amor no correspondido, no lo hace porque le guste flagelarse. Si una persona no está feliz, y no siente bienestar emocional alguno, no es porque haya decidido ser infeliz.
El deprimido no se deprime porque quiere. Si alguien no puede olvidar a un amor no correspondido, no lo hace porque le guste flagelarse. Si una persona no está feliz, y no siente bienestar emocional alguno, no es porque haya decidido ser infeliz.
No paro de observar cómo se está bombardeando desde distintos sitios -libros de autoayuda incluidos- con frases imposibles y pseudomágicas del tipo “Sé feliz”, haciendo entender a la gente que si no son felices es porque ellos han elegido no serlo.
Pero este mensaje falso, aparte de ser irritante y ofensivo, lo único que hace es hundir más a quién lo recibe.
Imagínense a un atleta que haya tenido un esguince de tobillo. Llega su entrenador y le espeta: "¡Corre y acaba la carrera!" Es evidente que todos nos quedaríamos extrañados con tal exclamación porque el corredor ni podrá levantarse ni, menos aún, correr. Bueno, pues ahora figúrense a una persona que esta abatida, deprimida y derrotada, llega otra persona y le dice: "¡Sé feliz!"
Imagínense a un atleta que haya tenido un esguince de tobillo. Llega su entrenador y le espeta: "¡Corre y acaba la carrera!" Es evidente que todos nos quedaríamos extrañados con tal exclamación porque el corredor ni podrá levantarse ni, menos aún, correr. Bueno, pues ahora figúrense a una persona que esta abatida, deprimida y derrotada, llega otra persona y le dice: "¡Sé feliz!"
¿Existe alguna diferencia entra ambas escenas? El corredor deberá parar, acudir a un especialista, intentar acabar con la inflamación, hacer algún masaje, luego -durante varios días- llevar la zona vendada, hacer reposo, no apoyar el pie en el suelo y una vez que las molestias, el dolor y la hinchazón hayan remitido, volver a la actividad física de forma progresiva y lenta.
Este mismo proceso -adaptado a la circunstancia que nos ocupa- deberá aplicarse a la persona que sufre una dolencia psíquica como es estar decaída, deprimida e infeliz. Será importante buscar una serie de herramientas y estrategias para que pueda salir de ese laberinto, tales como: Ser comprensivos, no negarle que tiene un problema, tener paciencia, utilizar frases alentadoras como; “Lo puedes superar, hay personas que pueden ayudarte” y animarla a buscar tratamiento terapéutico. Todo ello, servirá de verdadero apoyo para ayudarla en su recuperación.
De otra manera, con frases tan absurdas y falaces como la de “Sé Feliz”, únicamente conseguiremos que la persona se sienta la más desdichada de la faz de la tierra y le haremos un flaco favor, porque se sentirá impotente al no poder alcanzar lo que para el otro es, supuestamente, tan fácil.
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Tiene usted toda la razón. Muchas veces la gente te lo dice como si fuera un capricho tuyo, pero no saben lo que es pasar por eso,,,
ResponderEliminarGran artículo y muy didáctico.