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DESPERSONALIZACIÓN

El trastorno de despersonalización se caracteriza por sentimientos persistentes o recurrentes de estar separado del propio cuerpo o de sus procesos mentales. Una persona con un trastorno de despersonalización generalmente se siente como si fuera un observador de su propia vida. Puede sentirse ella misma y sentir al mundo como irreales y en un sueño. 
La despersonalización puede ser un síntoma de otros trastornos y a menudo ocurre tras experimentar el individuo una situación con peligro de muerte como un accidente, un asalto o una lesión o enfermedad grave. La persona con despersonalización tiene una percepción distorsionada de su identidad, cuerpo y vida, lo que la incomoda. A menudo los síntomas son temporales y aparecen al mismo tiempo que los síntomas de ansiedad, pánico o miedo (fobia). Sin embargo, los síntomas pueden durar o reaparecer durante muchos años. Las personas con este trastorno tienen con frecuencia una gran dificultad para describir sus síntomas y pueden temer o creer que se están trastornando mentalmente. 
La despersonalización puede resultar una molestia menor o pasajera con pocos efectos evidentes sobre el comportamiento. Algunas personas se pueden ajustar al trastorno de despersonalización o incluso bloquear su impacto. Otras están continuamente inmersas en una ansiedad acerca de su estado mental, temerosas de volverse locas o rumiando las percepciones distorsionadas de su cuerpo y su sentido de alejamiento de sí mismas y del mundo. La angustia mental les impide concentrarse en el trabajo o en las rutinas de la vida diaria y pueden volverse inválidas. 
Se la ha llamado también vivencia de la disolución del yo y, por otros, vivencia de la destrucción de la personalidad; su núcleo está en las sensaciones de no ser yo mismo o estar cambiado que tiene el enfermo. Ninguno de los nombres que se le ha dado explica muy bien lo que es la despersonalización, que se comprende mucho mejor a través de las manifestaciones de los enfermos que la padecen y de las que damos algunos ejemplos típicos: «me encuentro raro, como si me hubieran cambiado»; «no comprendo lo que me pasa, todo me parece extraño, como irreal»; «me miro en el espejo y aunque soy yo, me parece la cara de un desconocido»; «ando por la calle y las personas me parecen todas como si estuviesen muertas»; «voy a la oficina, vuelvo a casa y es como si todo ocurriese en sueños»; «es como si estuviese vivo y todo lo hiciese automáticamente»; «oigo lo que me dicen y lo entiendo, pero lo siento todo como lejano»; «me encuentro extraño, como sin nervio»; «todo lo veo incoloro, desteñido, lejano».

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