¿Sabéis cual es el truco? La solución al enigma de la vida se encuentra en mantener la pureza infantil, libre de la toxicidad que emana de nuestra educación y de los más prostituidos poderes de la edad adulta.
De ninguna manera generalizo, el truco está ahí. Algunos lo han conseguido... Si en nuestros orígenes éramos puros... ¿Por qué no ahora?
De pequeño mi madre me envió a comprar manzanas a una frutería cerca de mi casa. Por esa época cojeaba porque había tenido una lesión en el colegio. De camino de vuelta a casa, una niña con mirada empática se me acercó. Lo vi: Sintió lo mismo que yo.
Al ver que cojeaba, tuvo ese sentimiento de participación afectiva en la realidad de otra persona. Me preguntó qué me había pasado en la pierna mientras me cogió la bolsa llena de manzanas de mis manos. Me acompaño a mi casa. Le di las gracias. Ella me guiño un ojo y se marchó.
Auténtica pureza. Nunca la tenemos que perder.
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