Cuando la crisis personal nos asalta en algún momento de nuestra vida, pensamos que nada se puede alcanzar y que todo está perdido. Es el momento en que bajamos los brazos y creemos no tenemos ningún tipo de esperanza. Si esa negatividad se apodera de nosotros deberíamos ser conscientes que tenemos muchos recursos latentes en nuestro interior.
A propósito de la película el "Mago de Oz", Dorothy no encontraba el camino para hallar su casa, El Espantapájaros no tenía cerebro, El Hombre de Hojalata vivía sin corazón y El León no podía desempeñar su rol en la vida porque le faltaba valentía. A pesar de todas estas adversidades, todos tenían una esperanza y una motivación: encontrar al Mago Oz para paliar con su ayuda sus carencias.
A propósito de la película el "Mago de Oz", Dorothy no encontraba el camino para hallar su casa, El Espantapájaros no tenía cerebro, El Hombre de Hojalata vivía sin corazón y El León no podía desempeñar su rol en la vida porque le faltaba valentía. A pesar de todas estas adversidades, todos tenían una esperanza y una motivación: encontrar al Mago Oz para paliar con su ayuda sus carencias.
No obstante, si resulta que el mismo Mago es un impostor ¿cómo podría esa gente sin recursos salir victoriosos en semejante cometido? El secreto está en la fortaleza de nuestro interior, así como en la constancia por la búsqueda incansable de las cosas que anhelamos. Esos déficits de nuestros protagonistas fueron sustituidos con éxito por inteligencia, corazón y valor para hacer frente a todos los peligros que los acechaban.
¿Por qué no, entonces, nosotros?
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