La confianza en uno mismo es un vaticinador de la acción. Las personas con una elevada confianza en ellas mismas esperan tener éxito en las nuevas actividades y superar las adversidades desconocidas. Las personas con poca confianza en ellas mismas no esperan conseguir manejar demasiado bien las nuevas actividades y se sienten ansiosas ante los retos desconocidos.
La ansiedad es el miedo a lo desconocido. La confianza en uno mismo contrarresta la ansiedad y reduce la necesidad de tomar tranquilizantes.
La confianza se debilita con frases como: “No puedo hacerlo” o “Ya no puedo”. La confianza en uno mismo se refuerza cuando se consigue con éxito un objetivo y se valora su logro.
La confianza en uno mismo se desarrolla a partir del hecho de ser bueno en lo que se hace, y de alcanzar objetivos escogidos por uno mismo y que al mismo tiempo sean significativos para la persona.
La investigación demuestra que la eficacia se logra aprendiendo cómo controlar las acciones de manera que conduzcan a resultados predecibles.
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